Ciudad de Puebla, 9 de abril, 2024.- La reciente clausura del relleno intermunicipal de San Pedro Cholula por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) es un claro ejemplo de la justicia ambiental en acción. Tras años de operación y dos semanas de protestas ciudadanas, la decisión de poner fin a las actividades de este sitio es un paso adelante hacia la preservación de nuestro entorno natural y la salud de nuestras comunidades.
Durante ocho años, el relleno recibió desechos de más de 20 municipios, convirtiéndose en un “foco de contaminación”, según los pobladores. Las preocupaciones sobre la contaminación del agua subterránea y de pozos en la región de los volcanes no son infundadas, y la clausura temporal es una respuesta necesaria a estas inquietudes legítimas.
Es imperativo que las autoridades locales y federales trabajen conjuntamente para encontrar soluciones a largo plazo que no solo aborden la gestión de residuos de manera sostenible, sino que también protejan los recursos naturales y la salud pública. La clausura del relleno sanitario de Cholula debe ser un catalizador para que cada municipio asuma la responsabilidad de su basura, promoviendo prácticas de reducción, reutilización y reciclaje.
La participación ciudadana ha demostrado ser fundamental en la lucha por un medio ambiente más limpio y seguro. La voz del pueblo ha resonado con fuerza, y la Profepa ha respondido adecuadamente. Ahora, es crucial que esta clausura no sea solo un gesto temporal, sino el comienzo de un cambio estructural en nuestra relación con los desechos y el medio ambiente.