Ciudad de Puebla, 8 de abril, 2024.- La decisión de México de llevar a Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) es un acto que resalta la importancia de la soberanía y el respeto al Derecho Internacional. La irrupción de las fuerzas policiales ecuatorianas en la embajada mexicana en Quito, con el objetivo de detener al exvicepresidente Jorge Glas, constituye una violación flagrante de las convenciones diplomáticas y un precedente preocupante en las relaciones internacionales.
La embajada, como extensión del territorio mexicano, debería ser inviolable según la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. Este incidente no solo pone en riesgo la seguridad del personal diplomático, sino que también socava la confianza en las misiones diplomáticas como espacios seguros para el asilo y la diplomacia.
México, al acudir a la CIJ, busca no solo justicia para este acto particular, sino también reafirmar la importancia de adherirse a las leyes internacionales que protegen las misiones diplomáticas. Es esencial que la comunidad internacional condene acciones que transgredan estos principios fundamentales y apoye a México en su búsqueda de una resolución justa y conforme a derecho.
La respuesta de México es una muestra de su compromiso con el orden jurídico internacional y su disposición a defender sus derechos soberanos. Este caso será un termómetro para medir la solidez de las instituciones internacionales y su capacidad para manejar crisis diplomáticas con equidad y justicia.