Sin duda alguna, es un tema de suma importancia para una economía que está en pleno desarrollo que es el de la pobreza, ya que éste engloba un amplio conjunto de variables económicas que sirven como indicadores tanto del desempeño económico que ha tenido el país como de la eficiencia y contundencia que están teniendo las políticas públicas enfocadas a corregir este problema.
La política social de nueva generación está dejando atrás la lógica “asistencialista” que sólo contenía la pobreza, para involucrar a la sociedad en proyectos productivos.
“Mientras las estrategias sean sólo de contención y no se vinculen a opciones productivas, no vamos a dar el salto; tenemos que ir a esta nueva lógica de dar las herramientas para que la gente tenga mayor capacidad productiva.
Para el gobierno federal la solución al desafío de la pobreza en México es a través del crecimiento económico, la generación de empleos y una mejor distribución del ingreso.
La política social de nueva generación “vincula lo social con lo productivo”, con un enfoque de derechos para avanzar en el tema de la pobreza y la desigualdad.
Los indígenas son una asignatura pendiente en la agenda nacional, pero a través de la Cruzada Nacional Contra el Hambre se debe trabajar con cada una de las familias y comunidades indígenas para aumentar sus capacidades.
De esta manera se resaltan las riquezas étnicas y culturales de los pueblos originarios, porque allí hay un gran potencial que se ha desperdiciado, y ahora también se busca ofrecerles opciones productivas.
Sobre las artesanías, el Fondo Nacional para el Fomento a las Artesanías (Fonart) busca hacer una verdadera industria, para que ya no se vean como parte del folclor, sino como una actividad que realmente puede generar ingresos muy importantes para gran parte de la población.
En 2023 se incrementarán los recursos de los programas sociales federales y se mantendrá el trabajo en los programas sociales, con énfasis en los 7.01 millones de mexicanos en pobreza extrema alimentaria, a través de la Cruzada Nacional Contra el Hambre.
Dos ejemplos concretos de estas mejoras son:
Ampliación de la pensión por discapacidad: Se ha llegado a un acuerdo con más de la mitad de los estados para extender la edad de elegibilidad para recibir la pensión por discapacidad. Ahora, todos los discapacitados hasta los 64 años podrán acceder a este beneficio en las entidades que han suscrito el acuerdo. Los recursos provendrán tanto de fondos locales como federales.
Duplicación de la pensión de adultos mayores: En 2024, la pensión para adultos mayores se duplicará en comparación con lo que recibían al inicio del programa. Además, la edad para ser beneficiario se ha establecido a partir de los 65 años.
Se fortalecerá y ningún programa de Bienestar se quedará sin presupuesto. Los recursos para los programas sociales se incrementaron durante el resto del año 2023 y hasta el cierre de su sexenio. Es probable que haya ajustes en los gastos operativos del gobierno, pero no se escatimarán recursos para los programas de Bienestar.
El compromiso del gobierno federal actual ha sido claro: priorizar a los más vulnerables. Los programas sociales han sido una herramienta crucial en esta batalla. Sin embargo, evaluar el avance contra la pobreza no es una tarea sencilla. Requiere un análisis profundo y una visión integral.
Aquí presento algunas reflexiones sobre el tema:
Inclusión y Ampliación: Los programas sociales han logrado incluir a sectores marginados que antes estaban excluidos. La ampliación de la pensión por discapacidad y la duplicación de la pensión para adultos mayores son ejemplos concretos. Estas medidas han beneficiado a miles de personas, brindándoles un respiro económico y una mayor calidad de vida.
Medición de Impacto: Para evaluar el avance, es crucial contar con indicadores confiables. La Cruzada Nacional Contra el Hambre ha sido un esfuerzo significativo, pero necesitamos datos precisos sobre cuántos mexicanos aún viven en pobreza extrema alimentaria. La transparencia en la recopilación y análisis de información es esencial.
Enfoque Holístico: Combatir la pobreza no se trata solo de entregar recursos económicos. Es necesario abordar otros aspectos, como la educación, la salud y la generación de empleo. El acceso a servicios básicos y la capacitación para el trabajo son igualmente importantes.
Sostenibilidad: Los programas sociales deben ser sostenibles a largo plazo. No basta con dar asistencia temporal; se requiere una estrategia integral que fomente la autosuficiencia y el desarrollo comunitario.
Participación Ciudadana: La sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y la ciudadanía en general deben ser parte activa en este proceso. La rendición de cuentas y la colaboración son fundamentales.
En resumen, el avance contra la pobreza es un camino lleno de desafíos, pero también de oportunidades. Es una responsabilidad compartida que requiere la suma de esfuerzos de todos los sectores. Si logramos unirnos en esta causa, podremos construir un México más justo y equitativo para las generaciones venideras.
El país debe modificar las cifras de pobreza y pobreza extrema, pero “si no hay empleo, si no hay incorporación a la economía formal; si no hay opciones productivas para casi la mitad de la población mexicana, evidentemente no vamos a cambiar sus condiciones”.
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