Jueves 2 de mayo, 2024, 10:24 am, 2 minutos de lectura
En días recientes, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha lanzado una acusación seria contra Ceci Flores, fundadora de las Madres Buscadoras de Sonora, señalándola de ser parte del bloque conservador y de “traficar con el dolor humano”. Esta acusación surge tras la denuncia de un presunto crematorio clandestino en la Ciudad de México.
La figura de Ceci Flores ha sido prominente en la lucha por encontrar a los desaparecidos en México, una causa que ha tocado el corazón de la nación. La acusación del presidente sugiere una manipulación de esta causa justa para fines políticos, lo que ha generado un debate intenso en la esfera pública.
Por un lado, es comprensible la preocupación del presidente sobre la posible politización de temas tan sensibles como la desaparición de seres queridos. La historia política de México y de muchas otras naciones está llena de ejemplos donde el dolor y la tragedia han sido utilizados como herramientas para ganar simpatía o desacreditar a opositores.
Por otro lado, la labor de las Madres Buscadoras y de Ceci Flores ha sido una luz de esperanza para muchas familias que buscan respuestas en un país donde la desaparición de personas es una realidad dolorosa. La acusación de “traficar con el dolor humano” es fuerte y requiere una reflexión profunda sobre las intenciones y las consecuencias de tales declaraciones.
Es esencial que la discusión pública se mantenga respetuosa y centrada en la búsqueda de soluciones a los problemas subyacentes que enfrenta México en materia de desapariciones. Independientemente de las posiciones políticas, el enfoque debe estar en la empatía hacia las víctimas y en la acción colectiva para prevenir y resolver estos casos trágicos.
En conclusión, mientras que la preocupación por la politización del dolor es válida, es crucial que no se desvíe la atención de la causa principal: la búsqueda de los desaparecidos y la lucha contra la impunidad. La sociedad mexicana merece un diálogo constructivo que fortalezca la solidaridad y la justicia, no acusaciones que puedan dividir o distraer.